NOS DISFRAZAMOS
¿NOS DISFRAZAMOS?
Personalmente me encanta
los disfraces, de hecho, aprovecharía cualquier ocasión para disfrazarme, siempre que sea posible. Mirar, os dejo algunas ideas:
- cumpleaños
- Halloween,
- Navidad,
- Carnaval. Elegiremos un tema que nos ayudará a trabajar diversos contenidos:
CONTENIDOS:
- Dia 1: Sembramos un naranjo:
Mural- photocall (pondremos trocitos de velcro donde irán apareciendo las flores, las naranjas...)
Ficha: Pintamos nuestro naranjo, al cual pegaremos gomets naranjas y la canción relacionada con dicho tema
- Dia 2: Observamos como le van saliendo las flores
- Dia 3: Salen las naranjas.
Identificación del color naranja (realizamos juegos para clasificar el color naranja del resto de colores. Para ello utilizaremos bolas de colores, las de color naranja se echarán en una caja de fruta y el resto se lanzaran al paraguas colgado para tal fin
-Dia 4: Recolectamos naranjas de nuestro naranjo (colgamos bolas de color naranja , los niños iran cogiendolas y las dejaran en la caja de fruta para que "cuando esten maduras, podamos realizar ricos zumos.
Realizamos zumos personalizados de nuestra cosecha (bricks). Dichos bricks son una especie de "maracas"
-Dia 5: Nos disfrazas y nos hacemos fotos en el photocall
PROFESIONES
PERSONAJES
- para algunas actividades de clase (cuentos)…
El objetivo es que los niños y niñas disfruten
cuando nos disfrazamos evitando y/o eliminando posibles miedos.
Disfrazarse es una de
las actividades más divertidas y beneficiosas que existen. De princesa, de
superhéroe o de dragón, los disfraces tienen el poder de arrancar una gran
sonrisa a los más pequeños, que reconocen en estas prendas una oportunidad para
socializar, explorar sus emociones, mejorar sus habilidades comunicativas y dar
libre curso a su imaginación y creatividad. Psicólogos y pediatras de medio
mundo avalan los beneficios de los disfraces para niños, tanto a nivel personal
y familiar como social y emocional. Como descubriremos a continuación, un
disfraz es mucho más lo que parece.
Estimula su creatividad
y la imaginación
Combatir a un temible
dragón, defender un castillo contra hordas de enemigos o adentrarse en una
misteriosa cueva. Estas y otras aventuras están contenidas en los disfraces
infantiles, invisibles al ojo adulto, porque necesitan la creatividad del niño
que las ayude a escapar. Para este público, disfrazarse es un modo de reforzar
la identidad con el héroe o heroína imaginado y dar libre curso al mundo de
fantasía que atesora en su interior. No debe sorprendernos, pues, que numerosos
especialistas contemplen con buenos ojos fiestas como Halloween o el Carnaval,
donde el disfraz se convierte en el catalizador que estimula su creatividad.
Desarrolla su empatía
Buena parte de las dificultades
del niño para integrarse en la sociedad están asociadas a la empatía, no tanto
por su ausencia como por su desarrollo tardío o insuficiente. Disfrazarse es
una invitación a ser otros, a sentir como otros y a entender los problemas de
otros. Aunque pueda sorprender, el cambio de perspectiva que exige este
elemento ha demostrado ser más eficaz que la mayoría de las terapias sociales.
Agente socializador
Un buen disfraz no es
diferente a un buen juego, donde la diversión nunca es individual, sino que
depende del grupo. Disfrazarse puede ser un agente socializador tan poderoso
como acudir a un parque infantil, almorzar con otras familias o asistir a un
cumpleaños. Todas estas experiencias constituyen una oportunidad perfecta para
mejorar las habilidades y el desenvolvimiento del niño en sociedad.
¡Adiós Sr. Vergüenza!
¿Quién no ha experimentado la timidez en
algún momento de su vida? Cuando una persona se muestra incapaz de despedir al
Sr. Vergüenza, entonces la timidez se convierten en parte de su personalidad,
lo que constituirá un severo obstáculo en su desarrollo personal, social y
profesional. Ponerse el disfraz más ridículo que encontremos y enfrentarnos a
nuestros miedos es una forma sencilla y rápida de reducir e incluso eliminar
este problema.
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